Cuando creo que ya no puedo dar un paso más, la belleza de Dios se aparece ante mis ojos para recordarme que siga adelante.
Es mi tercer día caminando y la mitad de este recorrido. No se si devolverme o continuar hasta el final. Un pequeño dolor en la rodilla izquierda me hace pensar que debo valorar mi esfuerzo. Continuar es la opción.
Empiezo a contar desde el 1 hasta el 108 como si tuviera un mala entre mis manos y estuviera cantando mantras. Entretengo mi mente y con eso consigo avanzar.
Rodeando el río comienzo a subir. Siento la altitud y agradezco los 13 años que viví 2.600 mts más cerca de las estrellas. De un momento a otro, siento que mis músculos y todo dentro de mi se acostumbra al duro ejercicio de subir.
Luego de 6 horas, llego a Langtang, una villa en el medio de las montañas con un cyber cafe. La preocupación de no escribirle a mis papás no me abandona así que a pesar de lo costoso, les escribo un rápido saludo.
Con el calor del fuego dentro de una cocina sherpa, me siento feliz de haber llegado. Mañana visitaré Kyangingompa.
[singlepic id=140 w=320 h=240 float=center]
CANINA COSMICA
Que biennnnnnn…..
Namasté!